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¿Por qué estamos en la calle? Ciclo expositivo de estudiantes de la carrera de Artes Visuales en diálogo con la contingencia


Desde el 6 al 18 de marzo se desarrolló el ciclo expositivo: ¿Por qué estamos en la calle? organizado por estudiantes del Taller de Grado II como trabajo final para optar al grado académico de Licenciada(o) en el área. El proyecto, incluyó un despliegue de actividades desarrolladas en la ciudad de Concepción: en galerías de arte, en espacios no convencionales de exhibición y en lugares públicos, buscando generar mayor circulación de las obras y propiciando un diálogo de esta producción visual con la comunidad.

Tomando como punto de partida el estallido social de octubre de 2019 en Chile, 26 estudiantes decidieron producir este ciclo expositivo como una declaración de unión con las demandas y fenómenos sociales acaecidos en el proceso de la revuelta popular, y también en homenaje a las personas que han sido afectadas por pérdidas oculares, y violentadas en sus derechos humanos en Concepción y en  el país: “Desde nuestra trinchera de las artes visuales, salimos a la calle con nuestro trabajo como un símbolo de reapropiación. Movidos con la idea en frenesí de la transformación, resolvimos por compartir nuestro trabajo artístico con la gente que luchó y que sigue luchando cotidianamente en el lugar donde todos confluimos, para plantar en cada espacio un pedazo de realidad y de verdad, regado por lo sensible y lo concreto que cada acción artística y/o corazón emana. De la calle somos y venimos”, afirman los estudiantes en el manifiesto que da forma al proyecto.

Dar cuerpo a lo colectivo

El proyecto ¿Por qué estamos en la calle? se realizó durante dos semanas en Concepción con un extenso programa que incluyó muestras temporales, instalaciones, performances, acciones de arte y una feria de manufactura independiente, todas estas actividades fueron gestionadas en las áreas de curaduría, difusión, montaje, registro y edición, a cargo de  las y los estudiantes: Ivanna Bustamante, Laura Cisterna Gaete, Javiera Vargas, Sui Lan Salinas, Daniela Morales, Valeria Oyarzún, Francisca Baeza, Ana González, Amanda Urbina Merino, Viviana Ambiado, Fernanda Prosser Salgado, Luis Henríquez Latorre, Fabián Aguilera, Manuel Navarrete, Sebastián Hermosilla, Ángelo González, Javiera Canales, Camila Villalta, Andrea Peñailillo, Sebastián Álvarez, Arlette Masquiaran, Sofía Benavides, Patricio Valencia, María Ignacia Sandoval, Valentina Díaz y Francisca Tapia.

El ciclo expositivo abrió al público en un lanzamiento agendado en Plaza Condell (centro de Concepción), con una Feria de Manufactura de Arte y Diseño, en la que participaron alrededor de 47 expositores, entre ellos ex estudiantes, egresados, y diseñadores invitados por la comitiva de Taller de Grado II. En dicha actividad, se realizó  un encuentro espontáneo entre egresados y docentes del Departamento de Artes Plásticas UdeC, donde participaron David Romero, Leslie Fernández, Patsy Muñoz, Camila Lara, Claudio Romo y Natascha de Cortillas. La Feria también incluyó un espacio para stand up comedy, lecturas poéticas, y gastronomía artesanal. “Las actividades del lanzamiento estuvieron abiertas a la comunidad en general, a los vecinos del sector y dirigidas especialmente a quienes trabajan desde las artes ya que el circuito surge desde la necesidad de desarrollar prácticas artísticas en la calle y de generar junto a la comunidad reflexiones en torno al rol del arte en las problemáticas sociales, especialmente desde el mes de octubre hasta ahora”, comenta Sui Lan Salinas, estudiante que conformó la comitiva de lanzamiento.

Ivanna Bustamante, quien fue parte de la comisión de curaduría destaca el lanzamiento del ciclo expositivo, encuentro  que generó un espacio simétrico de relación entre la comunidad, los vecinos, los artistas y la obra: “La Feria de Manufactura fue un gran momento de reunión. Usualmente en el lanzamiento de una exposición de arte, la gran mayoría de los(as) asistentes están vinculadas al ámbito artístico. Sin embargo en esta actividad, pudimos compartir con vecinos/as de distintas edades del sector cercano a Plaza Condell, quienes salieron de sus casas a ver lo que pasaba, a escuchar la música, la poesía, el baile. Miraban, compraban en la feria de manufactura,y se integraron al diálogo horizontal que se dió exponiendo sus razones de salir a la calle, de marchar”, enfatizó la estudiante.

 

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Curaduría

Comprendiendo la calle como un espacio de comunicación y encuentro, la curaduría situó la mirada en el espacio público como lugar de inscripciones, donde se materializan mensajes, marcas y visibilizaciones de lo humano, propiciando a travé de este ciclo, un encuentro de variados contenidos conceptuales y técnicas artísticas. La calle se situó como el principal dispositivo a intervenir, siguiendo la línea de lo acontecido en las grandes ciudades de Chile durante los últimos meses, en que se han visto intervenidos (y re-simbolizados) diversos lugares emblemáticos de la urbe, con gráfica callejera, muralismo y videoinstalaciones, entre otros lenguajes.

Según detalla Bustamante, el objetivo de la curaduría colectiva fue alzar el estallido social de octubre de 2019 como discurso de activación para manifestarse artísticamente en la calle: “La gran mayoría de los/las artistas del circuito decidió exponer en espacios públicos, ya sea en plazas o calles concurridas con la justificación de abandonar la lógica del museo y llevar lo que hacemos a las calles, espacio en el que nos hemos unido y que hemos tomado como un símbolo de reapropiación, como artistas y como pueblo  durante el estallido popular,y también como una forma de volver al origen y vincular el arte a la comunidad“.

La programación curatorial también incluyó la selección de galerías de arte, y espacios de exhibición no convencionales, como espacios de reunión, centros culturales comunitarios y salas multiuso, entre ellos la galería de Balmaceda Arte Joven Biobío, Casa916 y el Centro Cultural Fernando González Urizar donde se  generaron muestras temporales que invitaban a la pregunta ¿cómo el arte activa problemáticas sociales de su propio territorio en diversos espacios expositivos?: “En cuanto a la curaduría, tuvimos una gran variedad de temáticas en nuestras obras, sin embargo lo que nos unía, el punto en común, era el hecho de ser estudiantes populares, eso no se cuestionaba. Vivimos en cuerpo y alma las contradicciones de este sistema, sentimos el golpe directo en el vivir cotidiano: los problemas de vivienda, salud, educación, entre otros. Y por ello, indignados/as al igual que la gran mayoría del país nos tomamos aquel espacio que supuestamente es considerado público. Los temas centrales de la curaduría fueron relacionados a este espacio y al estallido popular, a finalmente compartir el arte con el pueblo”. Este manifiesto evidenciado en palabras de Ivanna Bustamante, cuestiona el rol del arte en la sociedad, esbozando acciones -esta vez a través de la curaduría-, que establecen relaciones de diálogo entre arte y sociedad.

 

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Montaje y difusión

Esta propuesta, tan marcada por la reconfiguración del espacio de exhibición, aboga porque este dispositivo sea un lugar democrático de encuentro de todos los estratos sociales, tejiendo una unión que critíca al museo como lugar de sociabilización del arte, queriendo poner en circulación estas propuestas y discursos en un ámbito más amplio, logrando llegar a un público más diverso y heterogéneo. Muchas de las obras fueron instaladas en locaciones espontáneas sin previa agenda, como la Catedral de Concepción, y acciones de arte y performance desarrolladas en la Plaza de la Independencia y centro de la ciudad. Amanda Urbina Merino, quien formó parte de la comisión de difusión, menciona la importancia de haber establecido una estrategia de difusión mediante plataformas digitales, logrando convocar, informar y difundir las actividades que día a día se  desarrollaron durante el ciclo expositivo: “La principal estrategia de difusión fue entregar información a través de las redes sociales, vinculando esta acción con nuestro objetivo de entregar arte al pueblo, al público general, más allá del círculo de la comunidad universitaria y las artes visuales. Instagram fue nuestra principal plataforma de difusión, y la evaluación es positiva del uso de esta plataforma que nos permitió entregar información visual de las obras y el contenido general del circuito”, detalló.

María Ignacia Sandoval, encargada de la comisión de montaje, presentó la instalación “Cuando es como debiera ser”, una escenografía de estética naif donde todos los objetos del hogar, sillones, pinturas, cocina, plantas y murallas fueron construídos en cartón a escala real y pintados: “Esta exposición también fue  pensada fuera de las galerías. Tenía la idea de hacer una habitación de cartón con dimensiones un poco más pequeñas que las del resultado final, pero la falta de tiempo, de dinero para la compra de materiales y de transporte para la obra hizo imposible cumplir esa pretensión. Además, una de las ideas principales de este proyecto es la recolección y reciclado de materiales encontrados en la calle, por esto, la compra de materiales contradecía a lo propuesto y al “low cost” que tanto me identifica. Finalmente decidí realizar el proyecto dentro de la sala multiuso “Casa 916”, un lugar que fomenta las artes visuales y otras disciplinas como las audiovisuales y corporales”, comentó la estudiante.

 

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Resultados docentes

El ciclo expositivo ¿Por qué estamos en la calle? Fue evaluado y supervisado por los docentes del Departamento de Artes Plásticas y de la carrera de Artes Visuales Natascha de Cortillas, Claudio Romo y Francisco Huichaqueo, quienes fueron parte del proceso curatorial, de gestión y producción del circuito, acompañando los diferentes niveles del proyecto, y de las producciones visuales presentadas por los estudiantes en el marco de la evaluación final en la asignatura Taller de Grado II. En palabras de De Cortillas, el ciclo destaca por generar una relación adentro/afuera con la institucionalidad del arte, puesto que hubo obras que se instalaron en espacios museales, generando un contrapunto expositivo con la calle como espacio de exhibición: “Académicamente, este tipo de aproximaciones entre los estudiantes de artes visuales y la comunidad, buscan generar procesos conscientes en la producción de obra de las alumnas y alumnos. Que sean capaces de contener una referencia visual y conceptual capaz de instalar problemáticas artísticas que provengan de activaciones propias de los estudiantes, y su posterior correlato en la circulación de sus trabajos. Desde allí, el ejercicio honesto de querer sumarse a la calle, solo revela el ímpetu de una generación comprometida con el quehacer artístico en un escenario de convulsión social, donde el arte se deja ver como un catalizador de estos procesos colectivos. Sin embargo, también esta la responsabilidad activa de trabajar desde las comunidades y sus orgánicas para un levantamiento estético-político”.

Para el grabador y docente Claudio Romo, es muy importante que los participantes del Taller de Grado II generen una producción integrada a la comunidad y los contextos que les rodean, de los cuales participan en su vida diaria, entendiendo por el arte contemporáneo un tipo de producción cultural situada en su contexto temporal, político y social, consciente y partícipe de las emergencias de sentido que se desarrollan en la sociedad: “El Taller de Grado se caracteriza por la variedad de campos propuestos por los talleristas, desde el inicio de las actividades académicas de 2019  en el Taller de Grado I se desarrollaron distintas investigaciones con temas y disciplinas variadas: dibujo, escultura pintura, instalación, grabado, narrativa gráfica, fotografía, acciones en el espacio publico, etc. Mientras que los campos de estudio para las propuestas abordaron temas de identidad de género, el hábitat, los espacios urbanos, la identidad de grupos sociales, inmigración, incluso lo siniestro. Creo que el estallido social sirvió para perfilar esta variedad y dar una orgánica totalizadora para el orden de las propuestas en dos líneas que se complementaron como un contrapunto dialogante: una tomándose los espacios urbanos y la otra dentro de los espacios culturales y de exhibición (con obras más cercanas de  reflexión, donde se insertaba el relato sobre los mundos interiores, los imaginarios personales y la ficción)” concluyó el docente.

¿Por qué estamos en la calle? Es una pregunta que invita a las y los espectadores a cuestionarse por el rol del arte en una sociedad tensionada constantemente por fenómenos políticos, sociales, biopolíticos y de salud pública, que nos persuaden a replantear el campo de acción de las y los artistas visuales en la sociedad contemporánea.

 

 

(Reportaje: Gonzalo Medina, periodista Departamento de Artes Plásticas, UdeC. Fotografías: Archivo de estudiantes de Taller de Grado II.)

 


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