Liuska Astete, ex alumna y artista visual: “Mi participación en la Bienal Mercosur es parte del despertar feminista, nuestro cuerpo necesita comunicar”
La artista Liuska Astete Salazar, egresada de Licenciatura en Artes Visuales del Departamento de Artes Plásticas fue invitada a participar en la Bienal 12 Mercosur, Feminismo(s): Visualidades, Acciones y Afectos, curada por la académica e investigadora argentina Andrea Guinta. Debido al contexto de pandemia mundial por Covid-19 se realizarán todas las actividades de difusión, mediación y exhibición por plataformas digitales.
El encuentro es curado por la académica e investigadora argentina Andrea Giunta, quien lo propone como una zona de intercambio sensible de visibilidades, acciones y afectos, considerando para ello la participación de diversos artistas chilenos, entre ellos Sebastián Calfuqueo, Cecilia Vicuña, las Arpilleras del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Paz Errázuriz y Pedro Lemebel. Liuska Astete participará junto a ellos con la obra Tríptico de Performances, tres fotografías de performances realizadas el 2010 en el marco del desarrollo de sus estudios de pregrado en la Universidad de Concepción, donde inició un trabajo investigativo en torno al cuerpo como dispositivo visual de intervención del espacio público.
Liuska se refiere a “cuerpa” y “colectivas”, desarticulando el discurso hegemónico e insertando de manera crítica nuevas lecturas en torno al lenguaje y su potencial como creador de realidad. Dichas particularidades discursivas son incluidas en esta entrevista, entregando un testimonio en torno a las artes visuales y la performance como ejercicio de protesta.
¿Cómo fue el proceso de búsqueda e inserción en el ámbito de la performance como lenguaje?
“Comencé hace unos 12 años imprimiendo partes de mi cuerpo pintado sobre soportes de cartón. En esos años conocí las obras de la cubana Ana Mendieta, la primera vez que vi sus videos, lloré de emoción, eso me marcó. Cuando estudiaba Artes Visuales en la UdeC realicé otras exploraciones, en trabajos de Land Art o arte con la tierra. Basada en obras de Mendieta involucré la cuerpa en la búsqueda de un discurso propio. Eso fue aproximadamente en el año 2009 y en ese entonces decidí que continuaría trabajando con la cuerpa como soporte, la cuerpa como territorio, utilizando el desnudo en ambientes naturales y en la urbe”.
Desde sus primeras producciones como estudiante de Licenciatura en Artes Visuales, persisten temas que dialogan en la obra de Liuska, entre ellos temáticas territoriales, biopolíticas y también feministas. ¿Qué fenómenos sociales están presentes en esta mirada del cuerpo como dispositivo a intervenir?:
“Las injusticias sociales, el nefasto sistema capitalista, la critica al patriarcado, los y las presas políticas, la defensa del agua y los territorios, la lucha mapuche, son temáticas presentes en mis acciones. En el año 2010, luego de realizar el segundo Ejercicio de Protesta Negro, fui invitada a participar del Encuentro Independiente de Performance EPI, y posteriormente al EPI 2. Este segundo encuentro me abrió una ventana al mundo de la performance a nivel nacional e internacional. Participé siempre de manera autónoma y autogestionada en instancias tales como Encuentro de Territorios en Temuco, Escena Fractal en Santiago, Encuentro Políticas del cuerpo en Concepción, Encuentro de Performance Política en Concepción. Realicé mi proyecto para obtener el grado de Licenciada en Artes Visuales escribiendo y produciendo performances. Luego, decidí viajar por Latinoamérica realizando el proyecto “Tierra Andante”, que vincula la performance con la materialidad de la arcilla y el viaje. En 3 años de recorrido, realicé acciones de arte en Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú y Chile. Durante el otoño feminista del año 2018 participe de la formación de Efímera, Colectiva de Performance Política, una colectiva separatista de mujeres artistas de diversas disciplinas, con quienes realizamos acciones de arte en el espacio público”.
La propuesta visual de la ex alumna, plantea la performance como un ejercicio de activación de discursos críticos, lo que según la mirada de la Bienal de Mercosur, resitúa el valor del cuerpo político en el enclave social.
¿Cómo fue el proceso de invitación y selección para participar en esta nueva versión de la bienal?:
“Todo comenzó a mediados del año 2019, con una invitación a presentar mi portafolio a Andrea Giunta, que en su calidad de curadora de la 12 Bienal del Mercosur estaría en Concepción. Se realizó un encuentro en el Departamento de Artes Plasticas de la UdeC organizado y moderado por la docente Leslie Fernández y también por Rosa Valdivia en el cual una diversidad de artistas de la zona presentó su trabajo. Ahí mostré el registro fotográfico de diferentes performances y conversamos sobre ellas. Fue muy enriquecedor escuchar a las compañeras artistas penquistas que han sido mis referentes como Natascha de Cortillas, Guillermo Moscoso y la colectiva VAMP, conocer más de sus experiencias, proyectos y pensamientos, y escuchar a Andrea, su mirada y sus ideas para la Bienal”.
¿Y posterior a ello?:
“Luego de varios meses me escribe Andrea Giunta para invitarme a participar de la Bienal con la obra Ejercicio de Protesta. Ahí comenzó el proceso de seleccionar las fotografías, contactar a las y los fotógrafos: Pamela Navarro, Sebastián Rivas y Paula Correa (quien ya no está con nosotras) pedir su autorización, o la autorización de su madre en el caso de Paula, fue algo que removió muchas emociones, sentimientos y recuerdos”.
¿Qué obras son parte de la Bienal de Mercosur 2020, y por qué esta selección?:
“Ejercicio de Protesta es un tríptico de performances en las que me presento desnuda frente a tres edificios emblemáticos y simbólicos de la ciudad de Concepción para luego chorrear y cubrir mi cuerpa con pintura de diferentes colores. En Tribunales de In-Justicia tomé la postura de la estatua de O’Higgins y chorrié mi cuerpa con color rojo, por la sangre que han derramado y seguimos derramando los y las oprimidas, por quienes han dado su vida luchando por defender la tierra, el agua, la vida, por los presos políticos mapuche y por todas las y los presos por luchar en este lugar. En otra imagen, situada en la Catedral, sitúo esta cuerpa con color negro, contraponiéndose al blanco puro y casto que pretende aparentar la Iglesia, pero que es una institución religiosa corrupta, donde abundan los abusos sexuales a menores, Iglesia que desde su llegada a estas tierras ha matado a mapuches en el nombre de Dios, y ha sido base del patriarcado que oprime a las mujeres y nuestra sexualidad. En este lugar me posicioné en la postura de Jesús crucificado y en la postura de rezo, arrodillada. Tercero, en la Pinacoteca y Casa del Arte de la UdeC, con color amarillo, que en ese momento tenía relación con la luz negada a las alumnas y alumnos, criticando la educación mercantilista y la academia del arte, que en su interior alberga imágenes de desnudos femeninos, pero en el exterior es considerado ilegal. En ese espacio tomé la postura de la venus”.
¿Cuál era el objetivo y sentido de estas performances producidas en 2010?:
“Estas acciones hacen una crítica al patriarcado y al sistema capitalista, utilizando estos espacios como símbolos de sus instituciones, la justicia y Estado, la Iglesia, la educación y la institución del arte. Por otro lado el gesto del desnudo de una cuerpa que difiere del modelo de belleza socialmente impuesto y aceptado, es un cuestionamiento al concepto de belleza, al concepto de normalidad. Por su parte la intervención de los espacios públicos busca una reapropiación de lo público, como un lugar que no es solo de paso, sino que es un lugar en el que también puede suceder el arte, la reflexión, el cuestionamiento. Además, en esta obra existe un factor más íntimo y personal, que tiene que ver con mi historia de vida”.
Con mayor fuerza desde 2018 hasta nuestros días, se ha hecho muy visible la demanda feminista, tanto en Chile como en el mundo. ¿Cómo es que la performance puede abordar esta relación arte y feminismo(s)?:
«Creo que al habitar en una cuerpa mujer, las manifestaciones artísticas que puedan emanar estarán íntimamente relacionadas al feminismo. Uno de los grandes y múltiples saltos del feminismo, es considerar que “lo personal es político”. Yo creo que las creaciones o expresiones artísticas siempre contienen un elemento personal, que si bien puede ser socializado y expandido, tiene una raíz íntima”.
En ese sentido, ¿cómo estas experiencias que son parte de la vivencia de las mujeres son incluidas en la producción de performances?:
“He leído que las experiencias de la vida nos van haciendo feministas y es así. Cerca del 80% de las mujeres hemos vivido abuso sexual, acoso sexual y /o violencia intrafamiliar, y probablemente el porcentaje es mayor. Estoy dentro de ese porcentaje, soy una sobreviviente y experiencias así dejan su huella. Entonces, ¿qué hacemos las miles de mujeres con esas experiencias traumáticas que nos brinda el patriarcado, solo por nacer mujeres? Las trabajamos y las sanamos, de a poco, solas o en conjunto, ya no queremos ser víctimas, hoy denunciamos y funamos. En este sentido, el arte es absolutamente sanador. Me gusta utilizar el término de “performance terapia”, que sería una subdivisión del “arte terapia”. El desnudo me resultó sanador, porque es un gran acto de rebeldía y mi gran gesto de resiliencia, trasformar las dificultades de la vida en creación artística. Hoy espero sinceramente que socializar esta experiencia personal pueda servir a otras mujeres en sus procesos personales”, enfatizó la ex alumna.
Para más información de la Bienal 12 Mercosur revisa su página web.
Fotografía de Sebastián Rivas.
Entrevista por Gonzalo Medina, encargado de Comunicaciones del Departamento de Artes Plásticas UdeC.