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Debes confirmar con 30 días de anticipación. Las visitas se realizarán con un cupo de 40 personas como máximo.

Cierre Oficial Proyecto de Creación Artística Incertidumbre: Pensamientos en Escena


  • Thursday, 29-06-2023
  • 05:00 PM
  • Casa del Arte (Pinacoteca UdeC)

Incertidumbre. Pensamientos en escena, es un proyecto creativo que busca generar diálogos interdisciplinarios que parten de la filosofía, la literatura, la performance y el soporte audiovisual, en busca de provocar una serie de reflexiones de profunda actualidad y que fueron concebidas y escritas por grandes filósofos y pensadores de occidente. Las 10 cápsulas audiovisuales, de entre 5 y 8 minutos, se transforman en un friso, en una unidad plural de acercamientos a los grandes temas de la humanidad que nos siguen convocando a pesar del paso del tiempo, del cambio de paradigmas y de los nuevos giros que ha tomado la humanidad toda. 

Tanto el contexto nacional vigente caracterizado por importantes cambios, como el contexto internacional que se halla marcado por una pandemia global han puesto a las personas frente a desafíos y complejidades inéditas. Tal situación hace que la aportación que el arte efectúa a la reflexión y la búsqueda de sentido sea efectivamente una contribución a vivir mejor. Este proyecto, como dijimos, aúna elementos de la filosofía, la literatura, el teatro y el formato audiovisual para desarrollar una obra que invita a reflexionar, para ello se vale del lenguaje de las artes escénicas, pues mediante una interpretación dramática se pone en escena la búsqueda de sentido. 

En resumen, este proyecto aporta a los destinatarios una experiencia estética que incita a tomar conciencia de la propia situación existencial, a reflexionar en torno a ella y a pensar en los puntos de referencia valóricos a los que adherimos. En esta línea vale la pena recordar que el monólogo es una figura retórica de sentencia o de pensamiento frente al público cuyo ánimo tiene la intención de movilizar o persuadir al oyente en el sentido del interés del orador (Beristáin 1995: 348). Precisamente esa práctica minimiza la distancia entre los hechos relatados y el receptor, pues pareciera que el narrador (o intermediario) fuese eliminado de la ecuación comunicativa. El discurso del soliloquio, entonces, procura que el orador exprese mediante habla y pensamiento un diálogo consigo mismo, desinhibido, auténtico en que son exhibidos sus sentimientos más íntimos, sus emociones, las fluctuaciones de su mente, sus opiniones, sus dudas, sus secretos, su ser. “El monólogo interior o el soliloquio pueden ofrecer la impresión de ser producidos por una conciencia ambigua, de opinión difusa, que parece dueña, simultáneamente, de perspectivas y de criterios diversos y hasta opuestos, que alternan y dialogan y litigan entre ” (Beristáin 1995: 349). 

El trabajo del soliloquio o monólogo posibilita la reflexión metafísica (Segismundo en La vida es sueño, por ejemplo; o el de Hamlet en la obra homónima de Shakespeare; o el de Molly Bloom en el Ulises de James Joyce), cuya técnica permite exhibir el proceso psíquico de un personaje que aparentemente habla consigo mismo a la vez que presupone la existencia de un auditorio. La búsqueda de sí mismo, la búsqueda de respuestas, el desconcierto del acceso a otros niveles de sentido, la comprensión de sí mismo del personaje contribuye en esa interpelación indirecta al auditorio ausente que es testigo del proceso de conocimiento al que en algún sentido se siente impelido en cuanto espectador. Ese efecto de extrañamiento (Brecht 2004) significa quitarle a la acción o al personaje los aspectos obvios, conocidos, familiares, y provocar en torno suyo el asombro y la curiosidad. A partir de la identificación, el público espectador sentirá que las reacciones del personaje le son propias en una suerte de lógica especular. De esta forma, los sentimientos, emociones y reacciones humanas aparecen y presentan ya no como algo general, colectivo e impersonal, sino, como cercanas, particulares y relevantes para el espectador activo. El dramaturgo alemán será categórico al subrayar que: “La postura pasiva del espectador, que correspondía a la pasividad de la mayoría del pueblo en la vida real, dio paso a una postura activa, es decir, al nuevo espectador había que mostrarle el mundo como un mundo que estaba a su disposición y a la disposición de su intervención” (Brecht 2004:154).  

Es por ello que, dado que el proyecto pone en escena el cuestionamiento y la reflexión sobres asuntos de índole valórico, el contacto con el soliloquio en escena contribuye directamente a la formación de los espectadores (alumnos universitarios y secundarios principalmente; y usuarios de redes sociales en general), que al dejarse cuestionar por la interpretación dramática de textos filosóficos vuelven significativas aquellas preocupaciones humanistas más urgentes e íntimas de toda persona. 

En este sentido los propósitos del proyecto se encuentran alineados y son coherentes con el modelo educativo orientado al desarrollo de competencias que adoptó nuestra Universidad. Así, dentro de este modelo se busca propiciar como una macrocompetencia fundamental el pensamiento crítico, entendido como un “pensamiento de orden superior autónomo y activo, que se orienta al análisis sistemático de las necesidades del medio social y ambiental”.  

En términos específicos el cuestionamiento, llamado a la reflexión y al cuestionamiento ético y valórico favorece el desarrollo de las microcompetencias asociadas al pensamiento crítico, como son: • Valora la consideración de la perspectiva de los demás para analizar y resolver problemas comunes. • Valora la necesidad de utilizar el pensamiento crítico para contribuir a resolver problemas que involucran el bien común. • Piensa autónomamente, integrando distintos elementos de la realidad en sus ideas. • Piensa y actúa con flexibilidad y criterios de responsabilidad social, ante las necesidades del medio. 

De este modo, entonces, nos parece relevante explorar las posibilidades semióticas, estéticas y cognitivas del arte y la reflexión filosófica, en una obra relacional de proyección interartística (Krieger 1967, Mitchell 1995, Wagner 1996, Monegal 2000, Gilman 2000, Pimentel 2001) cuya recepción se ancla en la dinámica de la convergencia cultural (Jenkins 2008, 2010), esa modalidad en que las imágenes, sus soportes y su distribución se encuentran tan afincados en los “usuarios” que se convierte en un lenguaje común, codificado a la medida de los tiempos y decodificado sin la necesidad de esquemas teóricos, sino solamente por el hecho de compartir en una comunidad afín. La eficacia primaria de las reflexiones filosóficas, como de los textos literarios y de las obras artísticas dice relación con la capacidad de engendran experiencias sensibles, que absorben e irradian discursos sociales, ya sea para criticarlos, conjurarlos o compartirlos. El proyecto que se presenta en estas páginas, precisamente quiere hacer uso de ese ergon para poner en escena proposiciones de orden ético, valórico o axiológico y ontológicos para provocar a los espectadores/usuarios a la meditación, cavilación y reflexión sobre el sentido productivo de la toma de posición humanista frente al acontecer que nos rodea. 

El carácter interartístico de este proyecto de creación busca, entonces, generar las condiciones para que la expresión que cada arte: el verbal (la filosofía y la literatura), visual (imagen digital), del espacio (el teatro monologal) se fundan en una obra cuya autonomía no pasa por su unidad sino por su voluntad provocadora, su capacidad de poner en tensión algunas lógicas axiológicas y por el cuidado estético y belleza de todos los detalles en pos de una obra sólida y rica en posibilidades para fomentar el diálogo, la discusión, el debate para el porvenir.