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Programa de Doctorado en Historia tiene nuevo titulado: Matteo Sartori, con una exhaustiva investigación sobre la evolución del paisaje herbolario


Con enorme satisfacción el Programa de Doctorado en Historia, de la Universidad de Concepción, informa que el señor Matteo Sartori, ha culminado con éxito al aprobar su examen de grado con la presentación de la tesis denominada «La Evolución del Paisaje Herbolario. Circulación biogeográfica de los conocimientos etnomedicinales de las plantas nativas de Chile (siglos XVI-XX».

Consultado sobre el eje de esta investigación, el profesor Matteo Sartori, explicó que «a lo largo de mis experiencias y lecturas, pude aprender que la flora chilena incluye más de quinientas especies autóctonas que se han utilizado para sanar las enfermedades a lo largo de los últimos siglos. Sin embargo, no todas se han empleado siempre (ni siquiera hoy), ni con los mismos fines ni de las mismas maneras. Diferentes personas, en diferentes épocas, han aprendido, transformado, ignorado el uso de las plantas chilenas de diferentes maneras. El título de mi investigación se refiere precisamente a los cambios que afectan el conocimiento etnomedicinal de las especies nativas del país».

Sostuvo además que etnomedicinal porque no se trata solamente de entender el potencial farmacéutico o terapéutico de una planta (o parte de ella), sino sobre todo de enfatizar la relación humana con la naturaleza. «Por esta razón, he titulado esta tesis «La evolución del paisaje herbolario». El término evolución porque el conocimiento puede cambiar (así como permanecer estable) a lo largo del tiempo y del espacio. Paisaje herbáceo ya que todas las plantas autóctonas presentes en la zona forman un conjunto de elementos que definen un espacio y un lugar y, en consecuencia, identifican y definen la presencia humana», dijo.

Sartori indicó también respecto al ámbito cronológico de la investigación, que esta abarca desde el siglo XVI hasta principios del siglo XX. «Desde el punto de vista geográfico, estudié la circulación de los conocimientos etnomedicinales de la flora nativa chilena entre Sudamérica y Europa, considerando todas las fuentes escritas disponibles. Es precisamente en estas fuentes donde radica parte de la importancia de la tesis», señaló el nuevo Doctor en Historia del programada de postgrado que realiza el Departamento de Historia de la UdeC.

«Hoy en día, estamos inmersos en una red de conocimientos principalmente (¡pero no únicamente!) escritos. Libros sobre las hierbas sanadoras se venden en las calles, en las librerías, en las tiendas de alimentos, tanto como ediciones oficiales como caseras; hay indicaciones de usos terapéuticos en las etiquetas de las hierbas, se encuentran en los supermercados o venden los yerbateros, sitios de Internet que difunden conocimientos ancestrales y descubrimientos científicos modernos. Hay archivos digitales (pienso por ejemplo en www.memoriachilena.cl, pero ciertamente no es el único) que ponen a disposición del público en general toda la literatura disponible y conocida sobre la así llamada medicina de la tierra», aseveró.

En torno a la importancia de su investigación, dijo que el pasado chileno, colonial y republicano, es «omnipresente». «Entender qué conocimientos (y cómo) circularon es fundamental para entender cuáles (muy probablemente) siguen circulando hoy en día. No se trata solo de entender los cambios culturales, sino sobre todo de comprender la relación que las comunidades locales, indígenas y científicas establecieron entre sí a lo largo del tiempo a través del conocimiento etnomedicinal.

«En resumen, con mi investigación he intentado, en primer lugar, soportar la relevancia de considerar las plantas útile para sanar no en sí misma, sino por la difusión del uso que la gente hace de ellas. Luego, he intentado interpretar los cambios que se producen en la relación entre las personas y las plantas a lo largo del tiempo como fenómenos y procesos que continúan en la actualidad. En fin, mi investigación es una invitación no solamente a salvaguardar un patrimonio socioambiental inmenso e inmensamente frágil. A partir de mis hallazgos, reconocí la importancia de no establecer jerarquías de conocimiento, de dar dignidad y voz a todas las comunidades. Ignorar conocimientos, excluir saberes, considerar algunos más importantes que otros ha sido la principal razón de la ignorancia ambiental. Los conocimientos etnomedicinales de las plantas chilenas han circulado principalmente de modo fragmentario y erosionado, han sido interpretados como algo perteneciente al pasado, destacando más los empleos potenciales que las modalidades corrientes», explicó Matteo Sartori.

Hizo hincapié en que con estas consideraciones en mente, «y con la esperanza de que en el futuro podamos contribuir a revertir la tendencia a excluir, oprimir e ignorar comunidades y conocimientos, quisiera reconocer el soporte fundamental que entregó el programa de doctorado en historia de la universidad de Concepción».

Respecto a los agradecimientos, Matteo Sartori expresó que «por un lado, hubo la impecable, segura y amable guía del Dr. David Oviedo y el apoyo y la sólida red de especialistas que el programa doctoral hábilmente guiado por el Dr. Fernando Venegas supo entrelazar. Un agradecimiento especial va al Dr. Andrés Moreira Muñoz, de la Universidad Católica de Valparaíso: sin él y la facultad de botánica de la Udec el desarrollo interdisciplinario y biogeográfico de la tesis nunca hubiera sido posible. Por otro lado, quisiera agradecer la Dra. Renata Sõukand y Julia Prakofjewa de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia por su destacada y vital contribución al desarrollo de la investigación. Por último, un recuerdo lleno de apreciación y de tristeza va al Dr. Roberto Rodríguez Ríos, y otro lleno de cariño y afecto a Anna Bragagnolo, quien siempre estuvo a mi lado durante todo el desarrollo de la investigación».

 

 


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