Natascha de Cortillas Diego, docente del Dpto. de Artes Plásticas: «En la construcción de una escena sur»
La artista visual y docente del Departamento de Artes Plásticas, UdeC, Natascha de Cortillas, nos habla de sus motivaciones temáticas y sus proyectos de colaboración artística internacional, en solitario y junto al colectivo Mesa8.
Con un trabajo artístico que ha migrado desde el grabado a prácticas performáticas, en los últimos años Natascha de Cortillas ha volcado su obra a intervenciones culinarias que la han llevado a explorar aspectos que tienen que ver con la comida desde una visión cultural y sociológica.
“Desde el 2001, empecé a acercarme a los procesos culinarios, primero como una materia prima de las producciones artísticas y, luego, involucrándome mucho más, no sólo con el ámbito estético, sino incorporando una mirada más sistémica y relacional para responder a cómo desde el arte podemos repensar esos modos y esas prácticas. No sólo hacerlo desde un hecho estético y la imagen de lo culinario”, comenta.
“Cuando comencé a encontrarme con el alimento como un mundo posible, de recurso estético, plástico y visual, me hizo mucho sentido apreciar también la relación que tengo con la comida desde hace muchos años. Entonces el camino era mostrar también todo lo que soy como ser humano integral”, agrega la artista visual.
Este trabajo indaga distintos territorios, representaciones y visualidades que utilizan el registro desde la fotografía, el video y la instalación como lenguaje de soporte visual, los que han encontrado eco en Latinoamérica y Europa, donde Natasha ha llevado la instalación de las obras como “Desterritorialidades Culinarias, Charquicán”, en Paraguay; “Tomaticán ASAB”, en Colombia; “Performance: Desterritorialidades Culinarias del MERCOSUR La Cazuela”, en Brasil; y “Calle y Umbral, Sentidos Gratis”, Laboratorio de las Artes, Portugal.
/Foto: V Bienal del Mercosur, Brasil (2005). Archivo Bienal Mercosur)
Uno de sus proyectos actuales tendrá lugar este año en el espacio de residencias artísticas NARA, en Colombia.
“El proyecto es una residencia para trabajar, vincularme con algunas mujeres de esa zona e involucrarme en ciertos procesos agroecológicos que generan las campesinas de Villa de Leiva. Estoy recién cerrando el proyecto Fondart Cruce Culinario con Rebeca Olea, donde trabajamos con 8 cocineras de Santa Juana y Llico, entonces tengo la experiencia de haber realizado este ejercicio exploratorio y comunitario, indagando en maneras amigables de producir estos alimentos y revisando la recuperación patrimonial de las recetas de estos lugares. Entonces, ir a Colombia me permitirá hacer un ejercicio similar, más bien de reconocimiento de terreno, con trabajo de entrevistas, documental, registro y archivo, que son aspectos que me interesan mucho”, señala la artista.
(Foto: Acción performática «Desterritorioaidades culinarias_ tomaticán» Universidad Francisco Caldas, Bogotá (2011). Fotografía Equipo de la Unidad de Extensión Universidad.)
(Foto: Proyecto Sentidos Gratis, Portugal (2001). Fotografía de Claudio Aranda.)
Parte de una identidad Latinoamericana
Previo al estallido social y la pandemia por Covid-19, Natasha participó en la residencia «ERIAZO. Art practices from the residual space», en la ciudad de Basilea, Suiza, donde acudió con un grupo de artistas del colectivo que integra, entre ellos, la docente UdeC, Leslie Fernández; y los AlumniUdeC: Eduardo Cruces, Andrea Herrera y David Romero y Oscar Concha, artista visual penquista.
“Somos una red de artistas que nos interesa tensionar las discusiones del mundo del arte frente al mundo social y ese trabajo minucioso es parte de lo que quisimos hacer en Suiza. Este proyecto obedece a la red que integrantes de Mesa8 van tejiendo desde proyectos y personas, independiente de donde sean, por las redes que ahí se generan y cómo en ese modelo de trabajo vamos explorando, dialogando y comunicándonos”, manifiesta.
(Foto: Proyecto Eriazo, Bassel – Suiza (2019). Fotografía equipo This Is Not Chile Mesa8.)
En la residencia, que se extendió por un mes, la delegación chilena compartió con agentes artistas, activistas y colectivos artísticos colombianos, indios, suizos, belgas y franceses, tales como: Andrea Marioni, Almut Rembges, Federica Martini, Madeleine Amsler y los equipos de los diversos espacios que acogieron el proyecto: Ausstellungraum Klingental, FAQ Galerie, VIA, Kaskadenkondensator, Doppeldecker, Keck Kiosk, Verein LLos y Neues Kino.
La artista visual señala que “los procesos de patrimonialización industrial que se llevan a cabo en Chile permiten el diálogo con artistas europeos y de Latinoamérica”.
“Nosotros, como colectivo, y yo, como académica y profesora, tenemos la convicción de que los procesos culturales y artísticos deben tener una fuerte raíz local, como todos los procesos culturales y sociales. Pensar en Europa o Santiago, en las capitales como los lugares donde tengo que llegar para legitimarme es algo que cuestiono. En definitiva, ¿quiénes legitiman la producción artística? En la Revista Alzaprima hemos tenido esa discusión y finalmente es nuestros propios territorios donde el eco artístico tiene sentí que exista”, analiza.
(Foto: Proyecto Eriazo, Basilea – Suiza (2019). Fotografía equipo This Is Not Chile Mesa8.)
Para Natasha de Cortillas “el hecho de que nuestros territorios sean las anclas de nuestras propias producciones, reflexiones e identidades, marca un posible diálogo con un otro. Finalmente encuentras que hay algo de lo cual conversar y en ese sentido espejearse con Latinoamérica es muy significativo porque sentimos que hay un estado común de precarización de la cultura, de precarización del arte y de precarización del mundo económico, que nos hace vincularnos como una esfera artística que tiene esos ámbitos comunes. Por eso hemos viajado como escena penquista a varias ciudades de Argentina, muchos de los docentes del departamento estudiamos en México, también hemos tratado de establecer vínculos con Perú y Ecuador. Sentimos que es una necesidad como hermanos fronterizos, ver de qué manera podemos pensarnos como una escena sur también”, concluye.
(Nota: Este reportaje fue realizado y publicado por la Dirección de Relaciones Internacionales de la UdeC)