Aylen Pérez Hernández, nueva graduada del Doctorado en Literatura Latinoamericana
El viernes 7 de enero de 2022 la Srta. Aylen Pérez Hernández, de nacionalidad cubana, obtuvo el grado de Doctora en Literatura Latinoamericana, con la tesis “Intensidad definitiva de lo animal: la potencia que el fracaso biopolítico ilumina. Un análisis del binarismo antropocéntrico hombre/animal durante las dictaduras latinoamericanas a partir de tres obras testimoniales: Su paso, Oblivion y Cerco de púas”. La tesis, dirigida por la Dra. María Luisa Martínez, fue evaluada por la Dra. Marcela Zanin (Universidad de Rosario, Argentina) y el Dr. Edson Faúndez. Conversamos con la Dra. Pérez y esto fue lo que nos dijo:
1) ¿Qué ha significado para usted abordar el testimonio concentracionario latinoamericano?
Por una parte, la investigación desarrollada dentro del marco de la tesis doctoral me permitió observar con mayor detenimiento y especificidad —desde diversas perspectivas analíticas y a partir del diseño de un marco teórico interdisciplinario (literatura, historia, filosofía, psicoanálisis)— las poéticas y políticas de un género acentuadamente contemporáneo (testimonio concentracionario latinoamericano) que ha ido mostrando valiosos y significativos cambios durante su aún corta existencia; proceso de transformación que, además, no ha estado exento de numerosos conflictos en el campo crítico e intelectual. Por otra parte, el estudio de este tipo de textos me posibilitó profundizar, desde la literatura, en las repercusiones individuales y subjetivas de un momento socio-político muy violento y conmocionante como lo fueron las dictaduras cívico-militares que se instalaron en el Cono Sur durante las décadas de los 70 y 80 aproximadamente. De esta manera —además de describir, analizar, contextualizar al testimonio concentracionario desde sus complejas estrategias discursivas y priorizando los usos que de él hace la memoria y la subjetividad del testimoniante (autor y sobreviviente)— se intenta detectar, a partir de la descripción de los testigos en torno a los escenarios concentracionarios, los mecanismos de control, degradación, deshumanización y animalización diseñados y llevados a cabo por las fuerzas represivas hacia los sujetos mediante todo un proceso de despersonalización; es decir, se analiza cómo se puso en práctica en estos espacios biopolíticos la maquinaria dictatorial, antropocéntrica y binaria que funcionaría segmentando, politizando y animalizando lo humano, así como los fallos (el fracaso) de dicha maquinaria y de dicho orden biopolítico.
Se podría decir entonces que el abordaje de estas literaturas y de estos contextos tuvo varias significaciones fundamentales. Se replantea el lugar al que históricamente ha sido relegado el testimonio latinoamericano pero esta vez desde la centralidad de sus marcas estéticas, desde las individualidades y las subjetividades de las que se hace eco a partir de mecanismos discusivos muy particulares y enigmáticos para poder contar la experiencia traumática que, en ocasiones, se vuelve inenarrable. Esto implicó, a su vez, llevar a cabo los análisis e interpretaciones de las obras seleccionadas (Su paso, Oblivion y Cerco de púas) teniendo en cuenta no solo el giro lingüístico que experimentan, sino también el giro subjetivo desde el cual se circunscriben las condiciones de experiencia de una vida y desde el que se podrían leer, o al menos intentarlo, la subjetividad lesionada y la identidad fragmentada del sobreviviente-testimoniante a partir de la dimensión literaria. Asimismo, la investigación representa una invitación, desde el plano ético-moral, a pensar en una nueva percepción de lo humano desde la responsabilidad y el imperativo ético con la alteridad, con lo diferente, con el otro; esto aparejado, además, a la inscrita necesidad de una nueva ontología enfocada en la singularidad de cada forma de vida, en lo múltiple y en lo diverso. Se apuesta y se exhorta, además, con la tesis presentada, a replantear ciertos pensamientos humanistas en pos de aportar a una transformación radical del posicionamiento jerárquico que ocupan las corporalidades otras reprimidas y brutalizadas históricamente, así como por una nueva concepción del estatus moral que los diversos sistemas de dominación les han atribuido. Por último, esta producción académica se trazó desde la intención y el deseo de poder aportar a la construcción de una mejor sociedad a partir del aprendizaje del pasado reciente que inevitablemente se encuentra conectado con las demandas sociales, económicas e individuales que signan el presente, así como con ciertas marcas, huellas, restos, prácticas, repeticiones y rupturas cuyos sentidos perviven y están cargados de significaciones.
2) ¿Qué destacaría de sus estudios en la Universidad de Concepción?
El programa de Doctorado en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Concepción me abrió sus puertas y me brindó la confianza y las bases necesarias para continuar desarrollándome como investigadora y ensanchar, así, los conocimientos en torno a la literatura latinoamericana. De esta experiencia —rigurosa, enriquecedora y también muy emotiva— destaco el alto nivel de exigencia, profesionalismo, dedicación y compromiso de los docentes e investigadores con los que tuve el privilegio de formarme. El prestigio que se ha ganado la Universidad de Concepción a lo largo de los años y, asimismo, este programa en particular, no resultan hechos fortuitos: dicho renombre se respalda con amplitud en el magnífico claustro de profesores con que cuenta la institución de manera general —dentro de la cual destaco a la Facultad de Humanidades y Arte por la cercanía como estudiante— y en la calidad de los académicos, docentes, escritores y poetas de reconocimiento internacional con los que dialoga constantemente el programa. Resalto, de esta manera, a las profesoras y los profesores que, además de impartir sus clases de forma extraordinaria, impulsaron la creatividad, independencia y soltura investigativa de los estudiantes y de esta recién graduada. No puedo dejar de mencionar, por último, que los afectos, las simpatías, la hospitalidad y preocupación contante de parte de docentes y trabajadores marcaron también, sin duda, mi paso por este programa y por esta universidad.
3) ¿Qué proyectos de investigación desarrollará los próximos años?
El testimonio latinoamericano, y el concentracionario de manera particular, es un género que ha sido tan halagado como ninguneado. No obstante, a contrapelo de ausencias y olvidos se ha ganado un lugar en la tradición literaria latinoamericana y en lo que de ella se proyecta al futuro. Tras las búsquedas, las dudas, la confrontación de muchos criterios y, sobre todo, la esperanza en esta forma discursiva del arte y la memoria, puedo testimoniar que el género aludido ha jugado un papel fundamental en dejar al descubierto sucesos y personajes otros de un continente y en provocar —como primer paso de la transformación social— un análisis consciente, profundo y emotivo de la realidad. Sin embargo, aún es insuficiente, superficial e irregular el ejercicio crítico hacia esta forma discursiva que permita discernir sus hallazgos y desaciertos: única manera de poder impulsarlo más eficientemente. Teniendo en cuenta estos y otros motivos, me gustaría entonces continuar profundizando en dicha forma discursiva a partir de nuevas líneas, aristas y perspectivas; y contribuir a revitalizar, de esta manera, tanto la producción académica en torno a estas narrativas y los debates alrededor de la misma, como la creación de este tipo de textos. En ese sentido, me gustaría poder abordar con profundidad, en próximas investigaciones post-doctorales, un tipo particular de relato concentracionario que algunos investigador ya han comenzado a clasificar bajo la definición de testimonio ficcional o ficción testimonial: se trata de obras que dan cuenta, de forma mucho más marcada y explícita, de la peculiar relación que se establece entre lo real y lo ficcional en estas narraciones provenientes de eventos traumáticos que buscan contar la vivencia en toda su intensidad haciendo uso de aquellos recursos del lenguaje más asociados al discurso ficcional.
Dra. María Luisa Martínez